"BIOLOGICS": CONSULTE A SU FARMACÉUTICO

La mayoria de los medicamentos que tomamos
contienen sustancias químicas relativamente sencillas con efectos terapéuticos
específicos, desde el simple bicarbonato de sodio (NaCO3H) que
tomamos cuando nos duele el estómago hasta los antibióticos, los ansiolíticos o
los antiinflamatorios, moléculas orgánicas algo más complejas que nos ayudan en
diferentes situaciones patológicas. Hace relativamente poco la farmacología ha
dado un paso más al introducir determinados anticuerpos con fines terapéuticos.
Estos anticuerpos monoclonales van algo más allá de ser considerados simples
moléculas, tanto por su tamaño como por su obtención, se consideran más bien
como productos biológicos o “biologics”, utilizando el término anglosajón. Las perspectivas
de estas biomoléculas son cada vez más interesantes a medida que avanza el
conocimiento de posibles dianas moleculares. Inicialmente se instauró este
nuevo enfoque terapéutico para el tratamiento de la artritis reumatoide. Se desarrollaron
desde un primer momento anticuerpos monoclonales capaces de bloquear la acción
de una citoquina proinflamatoria como es el TNFalfa. Más recientemente se están explorando,
alternativamente, anticuerpos capaces de bloquear CD20 y CD3 y paralelamente
antagonizar, respectivamente, la acción de linfocitos B y linfocitos T. Las características
de estas biomoléculas farmacológicas permiten que se puedan explorar otros
aspectos de la patología autoinmune, como la enfermedad de Crohn o incluso en
los primeros estadios de la diabetes tipo-1. En los últimos años,
paralelamente, se está estudiando el uso de distintos anticuerpos monoclonales capaces
de bloquear mecanismos moleculares que puedan redundar en beneficios
terapéuticos en otras situaciones patológicas. Uno de las aplicaciones más
interesantes puede ayudar a rebajar los niveles de colesterol, mediante la
inhibición de la enzima convertasa (PCSK9) que degrada el receptor de las LDL,
esta degradación disminuye la recaptación de LDL del plasma, por tanto su bloqueo
favorece la disminución plasmática de colesterol asociado a LDL. La
hipercolesterolemia se trata fundamentalmente con estatinas, un grupo de
moléculas orgánicas relativamente sencillo que favorece la expresión de
receptores LDL, estos estudios recientes pueden permitir reorientar nuevas
estrategias para tratar esta patología que supone un incremento de riesgo
vascular para una gran parte de la población de los países industrializados. La
dispensación de estos “biologics” actualmente se realiza en farmacia
hospitalaria quizá su utilidad futura puede derivar en una dispensación más
generalizada.