Ciencia y Vida

domingo, enero 14, 2007

LO MEJOR CONTRA EL CANCER ES DEJAR DE FUMAR


Son muchas las sustancias tóxicas que inhalamos junto con el humo del tabaco. El efecto más rápido y notorio es producido por la nicotina, un alcaloide que actua sobre receptores que se encuentran en muchos tejidos de nuestro organismo, repercutiendo principalmente sobre nuestro cerebro, nuestro corazón y nuestra presión arterial, efectos que llevan a incrementar de forma generalizada el patrón de alerta y la dependencia de los fumadores de este hábito.

El peligro más letal del tabaco deriva de los efectos cancerígenos de las nitrosaminas que contiene. El derivado denominado NNK, cuya formulación química corresponde al (4-metilnitrosoamino)-1-(3piridil)-1-butanona, es uno de los más potentes. En un estudio reciente publicado en la revista del Instituto Nacional del Cancer de EEUU , se comenta que aunque la exposición a este cancerígeno se reduce con el consumo de tabaco, esta reducción no es proporcional al número de cigarrillos que se dejan de fumar. En otras palabras, aún reduciendo el consumo del tabaco un 90%, la absorción del cancerígeno se reduce en un 46%. ¿Por qué no existe una proporcionalidad en la absorción de los cancerígenos y el esfuerzo de abstinencia realizado por estos fumadores?. La respuesta parece estar relacionada con la intensidad de la inhalación, cuanto menos se fuma se hace aspirando el cigarrillo con mayor intensidad, lo que favorece la incorporación de los productos tóxicos del tabaco a nuestro organismo.

Recientemente los estudios epidemiológicos indican que el tabaco no solo está relacionado con el cancer de pulmón, sino con otros tipos de cancer. El peligro inherente al tabaco tiene igualmente componentes genéticos, es probable que unos sean más propensos que otros a este tipo de tumores, pero parece razonable que ante la duda abandonemos el consumo de tabaco que reduce nuestras expectativas y nuestra calidad de vida.