Ciencia y Vida

miércoles, enero 17, 2007

LOS HIDRATOS DE CARBONO MEJORAN EL EJERCICIO


Una dieta rica en proteína no está relacionada, como muchas veces se asume por algunos deportistas, con una mayor capacidad para la actividad física. Los combustibles más importantes que obtenemos de los alimentos para el ejercicio son: los hidratos de carbono y las grasas. Estos compuestos se oxidan para proporcionar la energía necesaria para la contracción de nuestros músculos, lo que conlleva el movimiento o la potencia que desarrollan, igual que el motor de un vehículo oxida la gasolina para mover sus engranajes.

En el músculo, los hidratos de carbono se almacenan durante el reposo en forma de un componente de reserva limitado, el glucógeno. Este compuesto nos proporciona una fuente rápida de energía, por ejemplo si hacemos una rápida carrera para coger el autobús. El hecho que aparezca la fatiga asociada al ejercicio se debe, en parte, a que la oxidación de los hidratos de carbono puede hacerse de forma completa, gracias al aporte de oxígeno o de forma incompleta, sin oxígeno. Este último proceso, denominado oxidación anaerobia, tiene una ventaja importante, se produce con una enorme rapidez, pero como contrapartida origina la fatiga asociada al ejercicio.

Nuestros músculos, ante la necesidad de un esfuerzo rápido e intenso utilizan el glucógeno almacenado y lo oxidan parcialmente en ausencia de oxígeno, como consecuencia nuestros músculos y nuestra sangre se acidifican por la formación de ácido láctico y la fatiga nos llega más pronto. El entrenamiento lo que nos permite es retrasar la aparición de la fatiga y sobrellevar el esfuerzo, gracias a una mayor adaptación a la oxidación completa del glucógeno y a la mayor utilización de las grasas, mejorando el aporte y consumo de oxígeno.