Ciencia y Vida

lunes, octubre 15, 2007

REPROGRAMAR BACTERIAS PUEDE PERMITIR OBTENER BIOCOMBUSTIBLE


Craig Venter es un investigador pionero en los avances de la genética de los últimos años, fundamentalmente en lo que se refiere a posibles aplicaciones prácticas derivadas de los estudios sobre el genoma, tanto humano, como de otros seres vivos. No cabe duda que este investigador es igualmente controvertido en muchas de las cuestiones que genera su trabajo. Recientemente el Instituto Venter que dirige en Rockville, cerca de Washington D.C., ha mostrado dos interesantes resultados. El primero de hace unos meses está impregnado de un cierto egocentrismo, ya que publicó la secuencia del ADN del propio Venter del que, en cualquier caso, esperemos se puedan sacar algunas conclusiones generales. El otro resultado, más importante sin duda, que publica la revista Science este mes, es la posibilidad de intercambiar el genoma de una bacteria por el de otra diferente, trasnsformando por lo tanto una especie en otra. Las repercusiones de este último descubrimento son muy importantes.Si nuestro ordenador no sirve para lo que queremos hacer o va más despacio podemos cambiar el disco duro, la placa base o el sistema operativo para adaptarlo a nuestro trabajo. Algo parecido podemos hacer con las bacterias. El laboratorio de Craig Venter ha introducido el genoma de la bacteria Mycoplasma mycoides en otra especie, la Mycoplasma capricolum, haciendo algo así como un “reset” en la bacteria receptora de un nuevo “sistema operativo”. La cuestión es ¿cuanta reprogramación puede ser posible?, las secuencias genómicas de las bacterias que se han utilizado son iguales sólo en un 76%, por tanto la maquinaria celular receptora debe reconocer una cantidad mínima de genes para poder desarrollar su biología en estas nuevas condiciones, este mínimo es lo que el equipo de Venter trata de analizar. Un ejemplo interesante de lo que esta reprogramación bacteriana puede suponer es el siguiente: la celulosa es, sin duda, muy dificil de romper, por eso los árboles permanecen derechos mucho tiempo, la especie bacteriana Clostridium cellulolyticum puede digerir celulosa convirtiéndola en glucosa. No obstante, otra bacteria Clostridium acetobutylicum puede convertir glucosa en butanol y otros alcoholes. No es difícil prever que una bacteria que combinara genes de ambas especies, en la correcta proporción, haría un buen trabajo convirtiendo celulosa en biocombustible. Podría ser importante que la ingeniería genómica pudiera ayudarnos, en principio, a depender menos de los combustibles fósiles, estos resultados abren el camino.