Ciencia y Vida

miércoles, abril 11, 2007

O SOLE MIO


Llega el tiempo soleado y con él muchas personas sienten la necesidad de broncearse. Hace algunos siglos tener la piel blanca era sinónimo de aristocracia, tal como reflejan los cuadros realizados por Goya a la nobleza española del siglo XVIII. Hoy día todos queremos estar un poco morenos ya que de alguna forma esto, aparentemente, favorece nuestro aspecto. Sin embargo, a muchos nos surgen algunas preguntas: ¿Por qué cambia la piel de tonalidad con la radiación del sol?, ¿protegen las cremas solares del melanoma?...

Nuestra piel es la primera frontera de la defensa frente a las agresiones externas. Los queratinocitos presentes en la epidermis son los ladrillos básicos de esta defensa. Otras células, como los melanocitos colaboran encargándose de fabricar el pigmento marrón de melanina responsable del color de la piel. Cuando nos exponemos al sol, la radiación UV induce una mayor producción de melanina. Recientemente, la revista "Cell" vol 128:853, publica un estudio que demuestra que una importante proteína denominada p53 se activa por la radiación UV induciendo la expresión de la hormona MSH responsable de la producción de melanina. Este pigmento pasa a los queratinocitos sirviendo de paraguas de protección frente a la radiación solar y también neutralizando radicales libres. Por lo tanto el bronceado es una respuesta de "autodefensa" que nos ayuda a proteger nuestras células de la radiación excesiva. Un poco de sol siempre es bueno para fijar nuestra vitamina D, no obstante, un exceso puede llegar a producir enrojecimientos difusos o eritemas en nuestra piel. Igualmente los estudios epidemiológicos sugieren una relación de algunos tipos de cancer de piel con la exposición al sol. Hay que destacar que en los últimos veinte años se han duplicado los casos de cáncer de piel.Las cremas de proteción solar, filtrando en parte esta radiación UV, en alguna medida nos ayudan a evitar quemaduras y algunos tipos de cancer de piel afectando a los queratinocitos, sin embargo, no existen estudios concluyentes que demuestren una protección frente al melanoma que es el tipo más agresivo de cáncer de piel. Las personas de piel más blanca son más propensos a este tipo de cáncer y las cremas puede que no ayuden en este sentido, más bien tienen un efecto contraproducente, creando una falsa sensación de protección que hace que estas personas permanezcan al sol más tiempo del debido. Los avances moleculares sobre los mecanismos del bronceado permitirán pronto ahorrarnos largos baños de sol que pueden repercutir negativamente en nuestra salud, quizá una sustancia que active ligeramente nuestra p53 sea suficiente para conseguir ese bronceado que todos queremos tener antes de pisar la playa. Mientras tanto, debemos limitar las exposiciones al sol, sobretodo si nuestro tipo de piel lo aconseja.

martes, abril 03, 2007

SANGRE PARA TODOS


La incompatibilidad de los grupos sanguíneos entre sí hace que antes de cada transfusión deba analizarse la tipología sanguínea del paciente, para que éste reciba el tratamiento adecuado. La sangre de un donante tipo A causaría una reacción aguda hemolítica en un paciente tipo B que podría tener consecuencias fatales. Las personas con sangre tipo 0 son considerados donantes “universales”, su sangre sirve para todos ya que no desencadena ninguna respuesta antigénica, sin embargo las reservas de sangre tipo 0 en los centros de transfusión es limitada y muy utilizada, sobretodo en urgencias, donde muchas veces no hay tiempo de analizar el tipo de sangre de una persona que debe ser atendida de forma inmediata. Recientemente un grupo de investigadores daneses ha descubierto enzimas que transforman sangre de cualquier tipo en sangre “universal” tipo 0 que podría utilizarse de forma generalizada. Los estudios en fase clínica ya están en marcha.

Los eritrocitos de nuestra sangre contienen proteínas con residuos glicosilados, de distintos azúcares. Los que confieren tipología sanguínea tienen tres residuos unidos, de los que el tercero puede ser reconocido específicamente por el sistema inmune, los tipo A tienen N-acetil-galactosamina en esta tercera posición y los tipo B galactosa. Los tipo 0 no contienen este tercer residuo, sólo tienen dos, por eso sus eritrocitos no desencadenan una respuesta inmune adversa. La posibilidad de convertir sangre tipo A o tipo B en sangre tipo 0 “universal” fue desarrollada en 1982 por Goldstein (Science, 215:168) que encontró unas enzimas denominadas glucosidasas en los granos verdes de café, capaces de cortar este tercer residuo de los eritrocitos procedentes de sangre tipo A o de tipo B. El problema entonces fue la baja eficiencia de las enzimas utilizadas que hacía en la práctica inviable aplicar esta metodología a gran escala. En cualquier caso, los ensayos clínicos desarrollados entonces fueron satisfactorios y dejaron entrever esta interesante posibilidad.
Ahora tras quince años, el grupo del investigador Henrik Clausen de la Universidad de Copenague, ha estudiado multitud de extractos de bacterias y hongos buscando enzimas glucosidasas más eficaces y con mayores posibilidades de utilización práctica. El resultado de esta investigación aparece este mes en la revista Nature Biotechnology. Las enzimas encontradas realizan eficientemente esta transformación y permiten por tanto obtener sangre “universal” a partir de donantes tipo A o tipo B. Los estudios en fase clínica, ya iniciados, dirán la última palabra sobre la compatibilidad y eficacia de las transfusiones con esta “nueva sangre universal” obtenida en el laboratorio. La empresa “ZymeQuest” ya ha puesto en marcha la tecnología enzimática que permitiría comercializar el producto en los centros hospitalarios de todo el mundo, si tal como se espera todo va bien.